Los pterosaurios fueron los primeros vertebrados voladores (animales con columna vertebral) en la historia evolutiva. La especie más pequeña era del tamaño de un gorrión y la más grande era tan alta como una jirafa (Quetzalcoatlus northropi). Los pterosaurios eran reptiles voladores alados que vivían junto a los dinosaurios y son un orden distinto dentro del sistema de clasificación científica Pterosauria. Los pterodáctilos son las especies a las que se hace referencia con más frecuencia y a menudo se los considera "dinosaurios voladores", lo que es científicamente falso. Pterodáctilo se refiere solo a los miembros del género Pterodactylus, mientras que existen más de 150 géneros de pterosaurios conocidos en este momento.

Las alas de los pterosaurios no eran membranas finas de piel, sino fibras individuales llamadas actinofibrillas. Estas fibras podían moverse con las corrientes de aire cambiantes. Además, los pterosaurios tenían huesos huecos (como los pájaros) y sacos de aire que reducían su peso y aumentaban su metabolismo. Algunas especies incluso mostraban evidencia de filamentos peludos, o picnofibras, que cubrían sus cuerpos, lo que sugiere que eran de sangre caliente. Los hábitats eran variados, con evidencia de que los pterosaurios vivían en muchos entornos, desde playas y deltas hasta bosques, llanuras y montañas. Sus hábitos alimenticios eran igualmente variados y coincidían con sus hábitats, e incluían frugívoros, piscívoros, filtradores e incluso acechadores terrestres con cráneos más largos que la altura de un humano.